martes, 15 de febrero de 2011

LAS HADAS

HISTORIA DE LAS HADAS

Un hada es un espíritu o ser sobrenatural que encuentra sus orígen en la fae del folclore y los romances de la Europa Occidental en el medioevo. Las hadas se identifican con seres relacionados de otras mitologías. Las hadas son representadas, en general, como criaturas de forma humana en apariencia, pero además poseedoras de poderes mágicos.

Sus comienzos son confusos ya que pueden pasar de ser representantes de los muertos, a alguna especie de ángel, o a una clase completamente independiente de humanos o ángeles.

Los folcloristas sostienen que su origen verdadero está en una raza conquistada que vivió escondida después de su derrota, o en ciertas creencias religiosas que perdieron valor con el advenimiento del cristianismo. Estas explicaciones no siempre son incompatibles, y pueden ser rastreadas a múltiples fuentes.

Mucho de la leyenda sobre las hadas gira alrededor del tema de la protección contra su maldad, con medios como hierro frío o hechizos con serbal y hierbas, o también rechazando sus ofensas al evitar pasar por lugares donde se sabe que habitan.

Muchas historias se cuentan sobre las hadas y ellas aparecen en narraciones que van desde cuentos medievales de caballería y cuentos de hadas victorianos, hasta la literatura moderna actual.

NATURALEZA DE LAS HADAS

Las hadas son retratadas con apariencia humana, y como portadoras de habilidades sobrenaturales, como pueden ser la capacidad de volar, lanzar hechizos...

Aunque en la literatura moderna aparecen como mujeres jóvenes de estatura pequeña, a veces las hadas, en su origen, eran descritas en forma muy distinta: altos y radiantes seres angelicales, o bajos y marchitos trolls eran algunas de las definiciones más comunes. También, durante siglos han sido recordadas como pequeñísimas hadas que se encuentran entre los seres humanos; éstas han sido señaladas como de un tamaño ínfimo, como el de un bebé humano. Las alas, comunes entre las obras de arte victorianas sobre las hadas, son muy raras de encontrar en el folclore; incluso las hadas más chicas volaban con magia, algunas veces volando sobre el lomo de las aves.

Varios animales también han sido descritos como hadas. A veces esto es resultado de una metamorfosis de éstas.

CLASIFICACIÓN DE LAS HADAS

En el folclore escocés las hadas se dividen entre dos grupos: las benéficas, aunque aún peligrosas, (Seelie court ), y las malignas (Unseelie court ).

Tropas de hadas se refiere a grupos de hadas que forman establecimientos. Según esta definición, hada se usa en un sentido amplio, ya que el término puede incluir distintos tipos de criaturas míticas, mayormente de origen nativo celta; sin embargo, la palabra también fue usada para nombrar a seres familiares como los enanos o trasgos del folclore alemán, o los duendes de la tradición escandinava. Estas se oponen a las hadas solitarias,  que no se relacionan con otras de su especie.

En muchas leyendas, las hadas secuestran personas, ya sean como bebés, dejando “reemplazos” en su lugar, o como jóvenes mujeres y hombres. En la balada infantil decimonónica, “Lady Isabel y el rey duende” (Lady Isabel and the Elf- Knight), el rey duende es una figura al estilo de Barbazul, e Isabel debe engañarlo y asesinarlo para conservar su vida. Otra balada infantil, “Tam Lin” revela que el protagonista, aunque vivía entre hadas y tenía sus poderes, era en realidad un "caballero terrenal" y que, aunque su vida fuera placentera en ese momento, temía que las hadas lo entregaran como pago al infierno.

Una característica común de las hadas es el uso de la magia para disfrazar su apariencia. El oro de las hadas es notoriamente increíble, semejante al oro cuando se lo entrega, pero convirtiéndose en hojas poco después, o en alguna otra clase de objeto inservible.

LAS HADAS EN LA LITERATURA

Las hadas aparecen en los romances medievales como seres que un caballero errante puede llegar a encontrar en su camino.

Edmund Spenser pone de relieve a las hadas en su obra, “La reina de las hadas”. Por otra parte, en muchas obras de ficción las hadas se mezclan libremente con las ninfas y los sátiros de la tradición clásica, mientras que en otras (ej.: Lamia) desplazaban a las criaturas clásicas.

Las pequeñas e inofensivas hadas fueron retratadas por Shakespeare en "Sueño de una noche de verano", y por Mihael Drayton en su "Ninfidia"; de estos surgieron las sílfides de Alexander Pope en "La violación del candado", y también las hadas florales de la época victoriana.

Las preciosistas tomaron la tradición oral de estas narraciones para escribir cuentos de hadas: Madame d’Aulnoy inventó la expresión contes de fee ( cuentos de hadas ).

Los hermanos Grimm incluyeron hadas en su primera edición de cuentos, pero decidieron que no eran algo auténticamente alemán y alteraron el lenguaje en ediciones posteriores, cambiando “Fee” (hada) por “hechicera” o “mujer sabia”. J. R. R. Tolkien describió el lugar donde tomaban acción estos cuentos como la tierra de las hadas. Además, no todas las historias que cuentan con hadas en ellas son necesariamente catalogadas como cuentos de hadas.

Las hadas en la literatura tomaron nueva vida con el Romanticismo. Escritores como Sir Walter Scott y James Hogg fueron inspirados por el folclore de las hadas. Este momento histórico vivió un incremento en la popularidad del folclore de estos seres y en la creación de obras originales con personajes de esta especie. El período también revivió antiguos temas de la literatura fantástica, como las crónicas de Narnia, de C. S. Lewis, que, a la vez que reunían seres clásicos como faunos y dríadas, también las mezclaban con duendes, gigantes, y otras criaturas de la tradición folclórica de las hadas.

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